lunes, 28 de octubre de 2013

Me he puesto las botas.

Acabo de llegar a casa y os juro que hacía tiempo que no comía tanto....
Arroz con pollo, tarta, helado, galletas... Si si, así como lo oís. Lo peor de todo es que ayer hice mi Cheat Meal (por la noche además). En fin, que un desastre.

Sinceramente lo que he comido lo he comido sin ansiedad y ahora solo tengo ganas de que sea mañana e ir a quemarlo al gimnasio. No tengo la sensación de haber "activado" mi yo descontrolado. Así que en cierta parte me siento bien, tengo ganas de que llegue mañana y comer lo que "me toca" no pienso en más comida "lujuriosa", no se, por una parte creo que ha sido positivo.

Sé de sobra que han sido calorías vacías y que he comido sin hambre (al igual que todos los que estaban conmigo), pero estábamos juntos, charlando y comiendo con cucharas directamente de las tarrinas, echándole galletas al helado y era como algo normal. Algo que se hace los domingos en casa de un amigo y no quiero renunciar a eso.

Con esto no quiero decir que me vaya a comer todos los días todo lo que he comido hoy. Simplemente que hay veces que puedo levantar un poco más la mano.

Ahora me preocupa el martes. Es día de pesarse y temo que esto pueda haber influido para mal. Pero sea lo que sea lo aceptaré. Estoy contenta con el trabajo que estoy haciendo y como ya he dicho siento que estoy aprendiendo a convivir con mis instintos mas "primitivos". Aprendiendo a controlar los alimentos que encienden mis interruptores.