Me parece mentira que esté tan nerviosa, me quedan escasas horas para coger el avión que me lleva de vuelta a mi querida Noruega y estoy como si fuera la primera vez. Debería ser distinto pues ahora sé lo que me espera, la gente que tengo y lo que voy a hacer. No se porqué estoy tan sumamente nerviosa. Supongo que ante un viaje todos sacamos nuestra pequeña vena histérica.
En definitiva, que mañana dando tumbos por Europa hasta llegar a Trondheim (a ver si ponen más vuelos directos...), me esperan 6 meses más o menos por allí. Aunque voy feliz no puedo evitar estar triste, pensar en la despedida de mis padres en el aeropuerto me rompe en dos.
M.W